El nino es un muñeco Waldorf que mamá le encargó a la tía que lo encargó a Papá Noel.
Al principio no tuvo ningún éxito, fue eclipsado por juguetes de plástico con colores y sonidos chillones, y por coches de diversos tamaños (a Marc le pirran los coches y los perros).
Pero en las últimas dos semanas parece que el nino, a base de estar presente en la habitación, se ha convertido en un personaje a tener en cuenta.
El nino es abrazado y besado, acunado y también lanzado al suelo con fuerza.
El nino toma teta y da besitos, y anoche, tenía que ser tapado como fuera con una gasa de Ikea. Marc se hizo un lío con la gasa y al final pidió ayuda para tapar al nino. Luego pudo irse tranquilo a dormir.
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