C&A

viernes, 29 de junio de 2012

No me gusta Estivill, Dia Mundial del Sueño Feliz

Escribo poquito pero esta semana ya van dos entradas.

Hoy es porque me uno a la iniciativa #desmontandoaEstivill

Descubrí el metodito de marras (del sr. Estivill) hace 8 años. Los que va a cumplir mi hijo mayor dentro de dos meses.
A pesar de haber estudiado y re-estudiado a Bowlby y sus experimentos sobre apego, a pesar de saber que un bebé tenía que estar en brazos de su mamá, mi definición de bebé acababa allá por los 6 meses, cuando ya no cabía en el moisés. Fue cuando lo pasé a su habitación, siguiendo los consejos del dr. Estivill. Lo de negarme a cogerlo en mis brazos cuando lloraba por las noches venía de mucho antes, cuando, exhausta física y emocionalmente tras la cesárea y toda la experiencia previa y posterior en el hospital, fui incapaz de trascender mis propias limitaciones y mis necesidades básicas. Roger tendría una semana, así que supongo que, cuando 6 meses más tarde, lo trasladé a su propia habitación, no le debió venir muy de nuevo.

Después de eso, el desapego conmigo fue in crescendo, de forma que, con 3 y 4 años, acostumbraba pasar en casa de mis padres muchas más noches que en la mía. Y eso es solo una de las consecuencias del método Estivill: en el cole lo pasó muy mal con sus maestras y tuvo problemas de relación con sus compañeros, sigue teniendo dificultades para confiar en los adultos y no pide ayuda habitualmente (lo que unido a su testarudez innata suele llevarle a tomar decisiones desacertadas con mucha frecuencia), y lo que más me fastidiaba hace años, se empeña en seguir acostándose conmigo todas las noches... o sea, que el método Estivill, encima de que desarregla a los niños, no funciona para nada, ya que, con casi 8 años, sigue aferrado a mi.

Por suerte, ahora sé que esto de necesitar dormir con los padres no es algo patológico, de hecho, los niños tienen un patrón de sueño diferente al de los adultos, así que es normal que no duerman toda la noche del tirón. Que tengan varios despertares y que, incluso, les cueste conciliar el sueño, no significa que tengan insomnio infantil, sino que son niños, ni más ni menos.

Hoy, como muchas otras mamás blogueras, me la pasaré tuiteando con el hashtag #desmontandoaEstivill durante todo el día, tanto desde Psicología Positiva en Acción como desde aquí.

Otros blogs que se han unido a la iniciativa y que comparten sus experiencias son:

http://ahoralamadresoyyo.blogspot.com.es/2012/06/la-revolucion-de-las-madres.html
http://www.mimenusinleche.blogspot.com.es/
http://www.tenemostetas.com/2012/06/29-de-junio-dia-mundial-del-sueno-feliz.html 
http://www.conocemimundo.com/2012/06/dia-mundial-del-sueno-feliz-29-de-junio.html
http://lactandoamando.blogspot.com.es/2011/06/duermete-nino-duermete-ya-que-viene.html
http://mentelibre.es
http://amormaternal.com



martes, 26 de junio de 2012

2 años juntos

Hoy hace dos años que nació mi pequeño, en casita, rodeado de amor. Dos años de irnos conociendo poco a poco, disfrutando del otro, disgustándonos con el otro, reivindicándonos como individuos, fusionados y separados, co-dependientes e independientes, con múltiples estados de ánimo y mucho amor en común.

En estos dos años mi vida ha seguido cambiando vertiginosamente. He podido interiorizar más que nunca lo que sabía en la teoría adquirida a golpes en la crianza de mi mayor, mi maestro y abridor de ojos.

No he completado nada en estos dos años, solo sigo en la espiral del cambio, girando y girando alrededor de mis emociones, mis momentos de lucidez y de darme cuenta de lo obvio, mis pájaras mentales, mis lecturas, mi-mi-mi-mi. Centrada en mí, centrada en ellos, centrada en nada en concreto y todo el rato hablando de lo mismo a la vez.


Dos años ya... qué lentos han pasado algunos días, y qué rápido lo digo, han pasado tantas cosas, ha habido tantos cambios en nuestras vidas, que a veces pienso que han pasado 5 años, y otras veces presto más atención a lo que no ha cambiado, y pienso que solo ha sido uno. Sólo uno, dice él todavía, dos no, uno. Pero al mismo tiempo se ríe, sabiendo que son dos, y que le insistiremos en que son dos, pero al chico le gusta llevar la contraria por tomarnos el pelo. Y que ese buen humor le dure muchos, muchos años.

martes, 15 de mayo de 2012

Día internacional de la familia

Hoy se celebra el día internacional de la familia.
Este año toca reivindicar políticas de conciliación, para que los trabajadores puedan atender las necesidades afectivas de sus familias, y no solo las económicas.
El día de hoy suele ser aprovecado por grupos diversos para defender SU propia idea de familia, y dejar de lado a los que no consideran que merecen ese calificativo.
Pues hoy estoy sensible, hoy me voy a explayar.

¿Qué es una familia?
¿Papá, mamá y los hijos biológicos de ambos?
¿Y qué pasa con las otras familias? ¿No son familia acaso dos personas que se aman y sus hijos? ¿Qué más da su sexo? ¿Qué más da si los hijos son comunes o no?

Estuve un tiempo en una asociación de familias numerosas. Uno de los motivos que me llevó a desapuntarme (nunca participé en nada, más que pagar la cuota de ese año), fue que mi tipo de familia no se consideraba "verdadera familia numerosa". Vamos, que eso que dos de los hijos de esta pareja no convivan habitualmente con nosotros, no debería darnos acceso, según algunos sectores, a las ayudas sociales (igual que no nos da derecho a desgravarnos más por hijo en la declaración de la renta, ni nos da derecho a desgravar en el IBI, ni en ningún impuesto). Mi marido es padre de tres hijos, pero como su ex es madre de dos niños, y yo soy madre de otros dos, ninguna de nosotras por separado somos familia numerosa. Pero si lo consideramos a él, sí que la hay. Somos una pareja con 4 hijos entre los dos. Que nadie me niegue la familia numerosa, por favor, porque es evidente.

Somos una familia, le guste a la sociedad o no. Somos una familia reconstituida, recompuesta, ensamblada, reconstruida, como os de la gana llamarnos. Pero somos una familia.
No somos un divorciado y una separada con sus hijos respectivos, como si fuéramos dos núcleos independientes que de vez en cuando se juntan. Y desde que hay un hijo en común y desde que estamos casados parece que fuera más sencillos vernos como una familia.  Pero, ¿y antes? ¿antes no éramos familia? Yo creo que sí.

Además, carecemos de nombres para nuestros roles. O bien usamos esos nombres feos: padrastro, madrastra, hijastro, hijastra, hermanastro, hermanastra...
Cada vez que los leo por ahí, me acuerdo de la Cenicienta, de Hansel y Gretel, de Blancanieves... niños maltratados por sus adultos de referencia, uno porque no era pariente de sangre, y el otro por no saber protegerlos.

Las cosas han cambiado. Da igual que un hijo no sea de sangre. Si le preguntamos a cualquier madre adoptiva veremos que sus sentimientos por ese hijo son igual de viscerales.

Da igual si ni tan solo me considera su madre, porque no lo soy. Pero soy la esposa de su padre, y algo suyo debo ser. Desde hace casi dos años, soy la madre de su hermano. Pero antes también debía de ser algo, ¿verdad?

Leí una vez la expresión "hermanos de vida", para referirse al conjunto de los hijos de una familia reconstituida. Me gustó mucho. Es muy real, la vida los ha puesto juntos bajo el mismo techo (aunque sea cada 15 días), y, si todos damos la oportunidad, la relación termina siendo muy parecida a la de los hermanos de sangre.

Igual con el cónyuge del padre o madre. La función parental está ahí. Estoy al lado de mi marido como padre biológico, mi marido está a mi lado como madre biológica. No somos padre y madre de los hijos del otro, pero somos una extensión, y a veces, también somos entidades independientes, y eso es deseable. Es deseable que todos participemos estableciendo normas de convivencia, expresando sentimientos ante la situación familiar, colaborando en encontrar soluciones que tengan en cuenta a todos los integrantes, incluso a aquellos que no desean ser parte de esa familia. Y creo que es necesario que los todos los hijos reconozcan que los adultos de la familia son responsables de los menores, de su cuidado, de su protección, de su higiene, de su salud, de su... da igual que sea mamá o no lo sea, da igual que le llame papá o por su nombre de pila.

Hoy dia de la familia, reclamo que los que tenemos una familia reconstituida nos veamos como tales.

domingo, 6 de mayo de 2012

Juego simbólico

Llega un momento en la vida de los niños, allá por los dos años, que les da por jugar a "como si" fueran mayores. Es el momento de las cocinitas, las fregonitas, las escobitas, los kits de peluquería, las cajas registradoras, tienditas y supermercados de juguete...

Pero también es el momento de imaginar que objetos como una pieza de construcción alargada son algo distinto (como un coche, una pistola, un cohete, una cuchara...). No recuerdo si todo este otro repertorio de actividades también se incluyen dentro del juego simbólico, o si se tipifican bajo otro nombre.

Me fascina ver a Marc haciendo "como si" me diera de comer con un palito de madera de un plato vacío mientras me enseña la nada y me hace "mmmmmm"; "como si" me disparara con cualquier cosa en forma de ele (y a falta de objetos, buenos son el dedo pulgar y el índice mientras vocaliza "piung piung"); haciendo "brm brm" con los coches de su hermano; teniendo breves pero intensas conversaciones con un muñeco, o mejor todavía, interpretando un diálogo entre dos patitos de goma.

Lo que más me fascina de todo, es cómo me trae objetos variados para que les de tetita. Me trae un muñeco, un coche, una galleta, una piedra... todos esos objetos "toman tetita" mientras Marc acompaña con sonidos que claramente evocan el estar chupando algo. Después, Marc dice algo así como "tetita Mac", significa que es su turno (normal, después del "atracón" del objeto, le entran ganas a él también).

sábado, 5 de mayo de 2012

Desde que soy madre...

Desde que soy madre… es un carnaval de blogs organizado por El Mundo de Yolizca y Maternidad Continuum que pretende ver de forma positiva lo que las mujeres aprenden a hacer gracias a la maternidad y que antes no hacían.

Desde que soy madre he aprendido a dar la teta mientras escribo en mi pc, mientras cocino, mientras estoy sentada en el váter o incluso subiéndome la cremallera del pantalón.

Desde que soy madre no puedo mirar el telediario sin llorar, así que ya no miro el telediario, y no lo echo nada de menos :)

Desde que soy mamá he aprendido a gatear muy deprisa, a andar muy despacito y a mantener larguísimas conversaciones yo sola.

Desde que soy mamá me he convertido en cuentacuentos experta, en maestra de refuerzo, en terapeuta ocupacional, en masajista y en reflexoterapeuta.

Y sobretodo, estoy en constante aprendizaje. Porque cada paso en la madurez de mis hijos me hace consciente de mis limitaciones, de mis creencias asumidas sin razonar (qué difícil es hacer creer algo a un niño cuando ni tú  misma sabes por qué ese algo es como tú dices que es...), y me enseña cuánto me queda todavía por aprender.