C&A

jueves, 19 de abril de 2012

Agitación del amamantamiento

Llevo un mes fatal con la teta.
No soporto que Marc esté más de 5 minutos al pecho, ¿qué me está pasando?
Una mami del cole, cuyo hijo de casi 4 años sigue tomando teta, me decía que ya he pasado el umbral, que ahora ya no lo podré destetar. Lo dice con pena, apiadándose de mí. Voy a tener que "aguantar", como ella, hasta que el niño quiera.
El problema es que yo también quiero, quiero y no quiero, quiero pero a mi manera.
Cuando se despierta mil veces por la noche y pide "tetitas", a mí se me parte todo. Se me parte el alma porque me encanta su voz y el cariño que despide. Se me parte el cuerpo porque quiero dormir y estoy cansada de tener un apéndice en el pecho.
Cuando es de día, se entretiene bastante, pero basta que me siente para que se enchufe. Busca con sus manitas por mi escote, exige a gritos, y si me niego me pega, si me sigo negando me pega más fuerte. Si no paro y observo qué está pasando, entramos en una espiral de violencia, en la que yo me niego y él agrede con toda la fuerza con que puede agredir un niño de casi 22 meses.
Pero, ¿qué está pasando? ¿Por qué me molesta darle teta a mi hijo?
¿Me molesta alimentarlo? creo que no, si se comiera un plato de sopa, o un trozo de lomo, o pollo, o verdura... no me molestaría.
Entonces, lo que me molesta, ¿será darle amor? pero puedo jugar con él un rato (¿será que no es suficiente?), puedo hacerle cosquillas un rato (¿será que no le gustan?), puedo cantarle canciones un rato (¿será que quiere más?), puedo hacerle un masaje y acariciarlo un rato (¿será que le entra sueño después?), y sea lo que sea, él, además, quiere tetitas.
¿Qué dan las tetitas además de alimento y amor?

Sea lo que sea, me tiene frita. Hasta el punto que envío a mi niño lejos de mí, a casa de mi madre, durante gran parte del día. Así "aprovecho" para trabajar. Si mi yo de hace unos meses me leyera se avergonzaría de mí.
Lo bueno del tema, es que cuando vuelve Marc, con esa sonrisa, esos abrazos, y ese "teeetaaaa", yo le digo que sí con una sonrisa. Y por lo menos esa vez, es agradable para ambos. Él me mira desde mi escote, con una mirada indescriptible de placer y amor, y yo lo miro orgullosa de él, y le entrego todo lo que sea que le doy con la teta. Por lo menos esa vez.

El resto del tiempo, aish. Leo la información que hay por internet:

http://consultalactancia.es/2012/03/31/el-lado-oscuro-de-la-lactancia-para-la-madre
http://www.llli.org/lang/espanol/lvaugsep03c.html

Y también testimonios de otras madres que han pasado por lo mismo. La verdad, no es que me consuele, pero veo que igual que tiene principio, tiene final.

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