Organización del hogar

Desde hace unas semanas en casa hacemos algo de limpieza todos los días.
En esta casa se limpiaba cuando hacía falta, o sea, cuando la cocina estaba sucia, los baños empezaban a tener sarro, había pelos en el desagüe de la ducha, las pelusas campaban a sus anchas por la casa haciendo compañía a los pegotes de tierra traída del parque, no quedaban platos para comer, ni ropa que ponerse, y no se veía el mueble que había debajo de la capa de polvo en la que bien podía escribirse "lávame que no encojo". Prefiero no hablar del estado de las ventanas y persianas...
Mi madre siempre me ha dicho que es más fácil mantener limpia una casa que limpiarla toda de golpe de tanto en tanto. Y yo me la he creído siempre. Además de creérmela, lo he constatado, pegarse un hartón de limpiar es muy cansado. Por eso lo hacía muy de tarde en tarde...
A principios de mes en la comunidad de Educarpetas empezaron un curso de Organización del Hogar. Tengo un botón por ahí puesto en el lateral de la página. En realidad es un curso de "cómo mantener un hogar limpio y ordenado sin morir en el intento".
Está llenito de consejos fáciles de seguir. O eso, o me han engañado, porque están consiguiendo que cada día recoja la cocina y la deje limpia antes de irme a dormir, lleve las lavadoras al día (la plancha es otro cantar, que soy un hueso duro de roer), me haga la cama (mamá, te va a encantar) CADA DÍA!, y saque el polvo de la casa (con un plumero y por encima, no os creáis) muy a menudo. También el lavabo está muy agradecido de que le pasen una bayeta con producto limpiador (así mi madre no dirá que parecen los servicios de una gasolinera).
Yo había tratado de implementar rutinas de limpieza varias veces, pero creo que trataba de hacerlo todo de golpe y me cansaba. Aquí, como empiezas en el 1 y cada día añades algo más, no te das cuenta y estás echa toda una ama de casa. De momento llevo 3 semanitas y mi hogar va tomando forma... justo antes de mudarnos!!! Bueno, no importa, así en mi próximo piso sabré cómo hacer bien las cosas desde el principio.

Amor de madre.

Ayer en Facebook una conocida compartía su tristeza por una amiga. El bebé de una semana de su amiga había fallecido.

Cuando nació Roger, mi mayor miedo era que muriera. Cada noche lo tocaba varias veces para comprobar que seguía respirando. Mi angustia pasó cuando me di cuenta que era mejor agradecer cada instante que pasásemos juntos. Cada noche me repetía cuánto agradecía a la vida el haberme dado la oportunidad de estar junto a ese ser vivo, y cuánto había valido la pena llevarlo dentro y compartir esos días con él. Esos días fueron luego semanas, y meses, y ahora ya van más de 7 años. A veces es muy duro, pero la mayor parte del tiempo sigo con ese sentimiento de agradecimiento. Todo ha valido la pena y estoy feliz de ser su madre.

Cuando nació Marc, hoy hace 17 meses, ya ni me planteé el miedo a perderlo. Me dediqué a hacer lo mismo. Susurrarle palabras bonitas al oído, disfrutar de su tacto y de su olor... como ahora disfruto de su vocecita, de sus pasos por el pasillo, de sus "tetaaaaa", de sus caricias o de que me "quite" la nariz.

Cada noche doy gracias por el día vivido, por todos los días que hemos vivido juntos. Si alguna vez me llegaran a faltar, dentro de la pena infinita sé que tendría un rincón de felicidad porque mis hijos son el regalo más inmenso que podía recibir jamás.

Monólogo

Volviendo de llevar a Roger al colegio, mi cabeza se ha expandido por un momento más allá de los confines del Universo... bueno no, más allá de mi ombligo debería decir, y he estado pensando en la riqueza ligüística del castellano y lo mal que lo usamos en España.

Cuando vamos a tomar el autobús o cualquier otro medio de transporte, queremos que alguien nos alcance un objeto, pedirle a nuestra pareja que nos sujete al niño un momento, o lo tenga en brazos, cuando vamos al médico y confiamos en que nos atienda rápido, cuando hacemos una foto (o la echamos, o la sacamos, o como dicen en Galicia, la quitamos), o incluso cuando la ropa no nos entra y nos aprieta, los españoles hacemos las delicias de cualquier argentino adulto, porque en este país lo cogemos todo. Debe ser que somos muy acogedores... Cogemos el autobús, yo cojo el tren y el metro bastante a menudo (aquí un argentino debe estar pensando en los usos creativos del tubo de escape). ¡Cógeme las tijeras!
¿Me puedes coger la harina?
¡Cariño! ¡¡Coge al niño que está llorando!!
¡¡Coge al niño que no se escape, a ver si le va a coger un coche!!
Yo voy al médico a ver si me coge rápido y me quejo si ha tardado mucho en cogerme.
A veces le pido a mi marido que coja una foto de ese edificio o de aquél paisaje...
O ya la última (confieso que la he oído muy pocas veces), de "este jersey no me coge", yo siempre pienso si será que se ha encogido el jersey o que a la persona le dio por coger, digo comer, más de la cuenta y se engordó.

Ya tenemos piso

A la tercera va la vencida.

Pronto escribiré una entrada explicando cómo redactar anuncios de pisos en internet diciendo que el piso es más grande de lo que es en realidad, ocultando el verdadero estado del inmueble y cosas parecidas...

Al final, nos quedamos con un piso que no está en internet, pero que un familiar del comercial tenía disponible a buen precio. Cocina de origen, carpintería de origen, suelos de origen... ¿qué más da? No tiene piscina, ni plaza de parking, pero la ubicación está genial, la distribución está genial y además podemos pagarlo... al menos de momento :)

Ahora toca alquilar nuestro hogar para que otros sean tan felices en él como nosotros lo hemos sido hasta ahora.

Hoy no cocino

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Estoy de limpieza general y buscando piso nuevo. O sea que tengo el blog en barbecho hasta que se me ocurra leer algo más que anuncios de pisos o deje de limpiar.


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Fira de les Bruixes y Licor de Leche de cabra

Ayer fuimos a la Feria de las Brujas de Sant Feliu Sasserra, una población a medio camino entre Vic y Manresa. La feria estaba llena de puestecitos artesanos: pendientes, pulseras y collares hechos en plata, en macramé, con piedras semi-preciosas... bufandas, gorros y chaquetas tejidas... tarots y otras artes adivinatorias... libros de segunda mano... quesos, embutidos y panes... juguetes en madera y en plástico, muñecos, espadas, panderetas y yelmos...

Entre los puestos paseaban brujas de todas las edades y también familias sin disfrazar. Algunos feriantes llevaban atuendos semi-medievales y en algún momento tres altos machos cabríos trataron de asustarnos, con sus cuernos en espiral y sus capas de piel de oveja.

Tuve el placer de degustar un producto que me sorprendió. Yo, que no tomo alcohol, sé más bien poco de licores, así que encontrar Licor de Leche de Cabra me pareció muy novedoso. Tiene 10º y me dieron a probar algo así como un dedal. No es algo que yo compraría, igual que no compro vino ni para cocinar con él, pero me pareció gustoso. Hoy he buscado por la web y he encontrado montones de recetas para prepararlo, y disimulada entre ellas, la web de los productores artesanos que conocí ayer. A ver si les damos un poco de tráfico y publicidad en agradecimiento por su amabilidad de ayer.

Cuando estábamos buscando un lugar para comer (EL restaurante del pueblo estaba a rebosar y la taberna al aire libre casi que también), empezó a llover copiosamente, así que tuvimos que irnos sin acabar de ver la feria. Dimos con un buen restaurante en Prats de Lluçanés, a unos 8-10  kms, con buen servicio, buena cocina y mucho espacio. Como en kilómetros a la redonda nadie parecía querer cocinar, estaba bien llenito, pero no tuvimos que esperar mucho rato antes de que nos acomodaran en una mesa enorme y nos dieran una tronita para Marc. Es un lugar a tener en cuenta si alguna vez se está por la comarca.